sábado, 30 de julio de 2016

Chau fruta…

Se mantendrán los reembolsos. Me queda el “sincericidio”.

Ahora está de moda la palabra “sincericidio”. La verdad es que no tengo ninguna gana de rendirme, pero debo confesar, con toda sinceridad, que no he logrado sensibilizar o reaccionar a nadie. No he podido provocar una reacción activa y manifiestamente pública de las autoridades y organizaciones comprometidas con el tema.

Cuando se lucha por algo que se cree justo, con todo respeto, se habla con “Dios y María Santísima”. No se espera pasivamente a ver qué deciden los otros.

Claro que, quién soy yo para obligar a nadie. Sólo tengo la legitimidad de un ciudadano comprometido con los intereses de nuestro puerto y que ha sido protagonista de las primeras reacciones que condujeron a convocar la reunión en la que se suscribió la Declaración de Bahía Blanca, en noviembre de 2015, y la presentación judicial, por inconstitucionalidad de los reembolsos, que derivó de ella. Sólo eso y todo eso.

No estoy viendo una acción enérgica de todas las entidades, tanto oficiales como empresarias y sindicales, que firmaron esa Declaración, con convicción y seguros de que es una cuestión por la que vale la pena actuar.

Dice hoy con acierto Adrián Luciani en La Nueva, uno de los pocos que se ocupa de seguir el tema, que el Consorcio de Gestión del Puerto espera novedades en el plano judicial”. “En la estación marítima local el objetivo apuntado consiste en agotar todas las instancias procesales pertinentes para obtener una sentencia del más alto tribunal de la Nación que defina con absoluta certeza la inconstitucionalidad de la medida dispuesta por el kirchnerismo poco antes de dejar la Casa Rodada, mediante un decreto de necesidad y urgencia”. Y resume la magnífica presentación realizada por los abogados del Consorcio Víctor Colace y Mónica Blanco.

Mientras tanto en el sur, se movilizan todos los gobernadores, los legisladores, los ministros y, masivamente, todos los medios de comunicación de las provincias sureñas.

Cómo esforzarse por bajar los costos portuarios si, haciendo el más eficiente de los esfuerzos, nunca se podrán poner a la par de un reembolso artificial. No alcanza plantearse como desafío la disminución de los costos portuarios y dejar pasar cosas como ésta.

Por qué no dar un estímulo fiscal, o de otro tipo, a los chacareros, a los productores de la fruta, a las industrias pymes que agregan valor a estas producciones, y después ellos, con un mejor “precio” para su producción, pueda  elegir el puerto más eficaz en costo, rapidez y servicio.

Ya me he manifestado largamente, y hasta me he puesto cansador, sobre la cuestión. Pero lo hago porque me importa y trato de hacer lo que pueda, desde mi lugar.


Por supuesto, con respecto al resultado de esta polémica y por el bien del Puerto de Bahía Blanca, ojalá me equivoque.











Nota en Diario La Palabra  - Viedma  - Gestiones de Pichetto para reembolsos por Puertos Patagónicos






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